En el divorcio, no le tema a la ayuda profesional
La
separación es un proceso con costos emocionales elevados. Desde el hecho de perder un proyecto que se emprendió con
entusiasmo e ilusión, pasando por los acuerdos de división de los bienes, la
custodia de los hijos, hasta la forma como esta situación se va a comunicar a
las personas que hacen parte de la familia. Todos estos eventos impactan la
estabilidad emocional generando angustia, estrés o depresión. Cuando estas
condiciones afectan la manera como enfrentamos la situación, la ayuda
profesional es un recurso valioso para entender lo que sucede y encontrar
nuevas alternativas y soluciones que permitan recuperar el control de la
situación. Es una vía para que cada uno de los integrantes de la pareja
aclare lo que sienten y piensan. Igualmente orienta para hacer acopio de muchos recursos internos y externos de los que se
dispone y que son de gran ayuda en los momentos difíciles.
Antes de
tomar la decisión del divorcio la consulta a un terapeuta muestra una
perspectiva diferente de los conflictos que
está viviendo la pareja y un balance del estado de la relación que
posibilita comprender y evaluar plenamente la decisión que se va a tomar.
Dirimir aspectos que tienen que ver con los hijos y las responsabilidades
económicas, afectivas que se tienen con estos genera muchas veces conflictos y
roces que dificultan avanzar en este proceso. Una consejería puede mostrar a
los padres maneras más asertivas de aproximarse a estos aspectos tan sensibles.
Existen muchos tipos de terapias, como por ejemplo individuales, de grupo, de
adultos, de pareja o de niños y adolescentes. Es importante definir cuál es la
necesidad para así escoger el tipo de ayuda más eficaz y que mayores beneficios
le puedan generar a toda la familia en un momento difícil como este.Tomado del Diario La Crónica del Quindío, Septiembre 1 de 2012 por MARIA ELENA LOPEZ