Las lecciones vitales de la pandemia
En estos tiempos complejos de
medidas restrictivas, cuarentenas, extensiones del confinamiento y señales de alarma
que generan incertidumbre porque
no sabemos que pasara, a donde llegaremos y como se
resolverán tan innumerables contingencias, es momento también para
mirar el otro lado de la moneda y recoger los buenos aprendizajes dejados por las experiencias
vividas y que representan ganancias y activos que podemos
capitalizar.
Estos ponen en evidencia los recursos de que
disponemos para enfrentar eventos difíciles y ajustarnos
más adaptativamente a situaciones nuevas, replicar lo que ha funcionado y disminuir
o eliminar lo que no ha servido. Hemos aprendido
nuevos hábitos que nos protegen, el uso versátil de la tecnología y estrategias
exitosas de convivencia. Nos hemos arreglado para gestionar
el tiempo y adaptar los espacios para la familia y el trabajo, a ser proactivos para lidiar
con las emociones como la tristeza, la
angustia, el aburrimiento o la desmotivación y disfrutar lo que tenemos a mano.
También hemos tenido que desaprender a través de un
proceso complejo que exige amor, aceptación, creatividad y persistencia ,
algunas prácticas que nos hacían la vida más amable como abrazar, estar cerca,
visitar los amigos y la familia, viajar ,
hacer las celebraciones o tomar vacaciones.
Les
comparto algunos de los aprendizajes que he visto que nos son útiles en este
momento y que responden a
un propósito
mayor porque verdaderamente dan significado y bienestar a nuestra vida en medio de la pandemia.
·
MANTENER
LA CONFIANZA
La confianza en que las cosas realmente mejorarán es nuestro mayor apoyo a la hora de afrontar estas adversidades. Nos da
seguridad y ayuda a vencer el miedo, el estrés y la preocupación. Es un
sentimiento que podemos cultivar en el día a día, hacia la familia, las
instituciones y hacia nosotros mismos.
·
UN OPTIMISMO REALISTA
Una
dosis de optimismo es una manera para ver oportunidades y no solo sentirnos víctimas
de las restricciones. Se trata de poder enfrentar las crisis a las que nos hemos
visto abocados considerando las posibilidades y aprendiendo a interpretar esos contratiempos proponiendo
soluciones y alternativas.
·
ACEPTACION Y FLEXIBILIDAD
FRENTE AL CAMBIO
La flexibilidad la necesitamos para hacer los ajustes
que se requieran para vivir con la nueva realidad y prepararse para responder con inteligencia, creatividad y
responsabilidad a las nuevas contingencias.
Es una oportunidad para desarrollar competencias y habilidades a las
que no estábamos acostumbrados y ponerlas al servicio propio y de otros.
·
ACEPTACION
CON RESPONSABILIDAD
Aceptar con apertura lo que nos exige la situación
nos permite enfrentar positivamente nuestras
emociones y las de los demás. Tener
actitud para hacer las cosas que son
necesarias en este momento, contribuye a mantenernos presentes, en lugar de dejarnos llevar por
pensamientos de ansiedad sobre el futuro. Además, hacer lo que toca a nivel individual genera
una dinámica que se va volviendo colectiva y nos favorece a todos.
·
EL
VALOR DE LOS ACTOS DE SOLIDARIDAD Y BONDAD
Enfrentamos como sociedad una amenaza común que se traduce angustia y sufrimiento, razón por la que
necesitamos reconfortarnos, alentarnos y ayudarnos mutuamente. La bondad es una acción con potentes efectos especialmente necesarios en
estos tiempos difíciles. La
colaboración de todos es la premisa para salir adelante en una relación
gana-gana que genera esperanza y buenos resultados.